He estado más de una semana con una importante afonía. Todavía no sé muy bien cómo he sobrevivido estos últimos días ya que la voz es mi principal herramienta de trabajo. Abrir la boca para decir algo y ver que no sale ningún sonido es, cuanto menos, frustrante. ¡Creo que en esta semana he tenido más cosas que decir que nunca! Sé que hablar no es la única forma de comunicarse, pero -si algo he descubierto estos días- es el gran valor de las palabras.
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