10/11/2008

Un toque cómico

Ayer anunciaban en la televisión una película que hace años vi en la pantalla grande. Cualquier imagen o referencia a esta película inmediatamente me lleva a recordar algo que ocurrió ese día en el cine.

Yo iba con una amiga del instituto , tendríamos unos 17 años. Llegamos con unos minutos de margen, no había casi nadie. Escogimos una buena ubicación y estuvimos charlando hasta que se apagaron las luces y empezó la proyección. La sala seguía prácticamente vacía. Pasados unos 10 minutos entró un señor mayor y, aunque tenía mil y una opciones, escogió nuestra misma fila. Todos los asientos estaban libres excepto los nuestros. Lo vi que avanzaba con algo de dificultad y con movimientos titubeantes. Deduje que sus ojos todavía no se habían adaptado a la oscuridad, aunque con la edad seguramente tampoco tenía una gran agudez visual. Seguía adelantando posiciones, imagino que buscando un lugar céntrico. Cuando ya había alcanzado nuestra altura decidió sentarse. ¡Justo donde estaba yo! ¡Sí, sentó encima de mí! Con mi reacción refleja se dio cuenta del error y rectificó con la rapidez que le permitían sus condiciones físicas, pero a mí y a mi amiga nos entró un ataque de risa de los que parecen imposibles de acallar. Una equivocación la puede tener cualquiera y, con todo nuestro respeto hacia el señor, la situación resultaba graciosa.

La película era triste y dramática, pero para nosotras aquella anécdota le dio un curioso toque cómico. No he vuelto a ver la película de principio a fin, pero como decía al inicio, cualquier referencia a ella me trae recuerdos de aquel día. ¡Es lo que tienen las asociaciones de la mente!

4 comments:

Mimo said...

jajaja Qué bueno!!! no me extraña que os rierais, me estoy partiendo yo!!!

Qué curiosidad por saber el título de la peli...

Cris said...

Pues la película no es para nada una comedia ni mucho menos.
¿Estás intrigada?

Segona said...

Nosaltres vam anar un dia al cine a la primera sessió, i la sala estava buida. Les entrades eren numerades, però com que estava tot buit, ni vam mirar el número i vam seure en un bon lloc. Quina sorpresa quan la parella que va entrar darrere nostre, estant tota una àmplia sala buida, va demanar-nos que seguéssim en una altra banda perquè aquelles eren justament les seves localitats...!

Cris said...

És bona aquesta! Ja és casualitat, oi?