28/11/2008

¿Sufrir para lucir?

Anda con dificultades. Cruza la calle y -cuando la luz del semáforo está a punto de cambiar- intenta correr, pero no puede. Lleva unos zapatos semi-abiertos con un tacón de aguja de esos de vértigo. Se le ven los dedos de los pies agarrotados y en tensión, no sé si es para mantener el equilibrio o si es una reacción al frío gélido que más bien invita a otro tipo de calzado. Sus piernas parecen haber sido envasadas al vacío con unos vaqueros ceñidos que obviamente le oprimen la cintura. No me fijo en el resto de su atuendo, sólo veo que lleva bajo el brazo una carpeta de la universidad. Deduzco que va a clase. No entro en cuestiones estéticas, pero dudo de que se pueda sentir cómoda. Si yo fuera ella creo que contaría las horas para llegar a casa y sentir el alivio de quitarme la ropa.

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