27/05/2008

Recurs infal·lible?

Tot tornant de fer unes gestions pel barri, he passat per davant d'una perruqueria. Al rètol hi deia: Junior Look. En l'actual era de culte a la joventut un nom com aquest no sorprèn, però en aquest cas el significat era literal.

A través del vidre s'hi veia una nena d'uns 5 anys asseguda en una espècie de tamboret supersònic de color vermell intens. La petita estava completament immòbil i tenia els ulls clavats en una gran pantalla plana que penjava de la paret i que li quedava a menys d'un metre de distància. Estava veient uns dibuixos animats
. No sé si m'hauria de sentir orgullosa, però he reconegut aquelles fruites de braços i cames i d'accent inconfusible: el plàtan, la pinya... A la meva època ja feien aquests dibuixos, però mai no els havia vist a la perruqueria. Encara no era tan comú el recurs infal·lible de la pantalla per entretenir els nens a l'hora de tallar-los els cabells i a l'hora de tantes altres coses...

23/05/2008

Al fondo a la derecha

Todos sabemos que en los bares, restaurantes y otros establecimientos similares los servicios suelen estar al fondo a la derecha. No sé si debe haber una razón que lo justifique, pero -según mi experiencia- parece que es una realidad. Cuando uno pregunta por el lavabo las probabilidades de obtener la respuesta típica y tópica son bastante elevadas, pero aun así la mayoría de veces uno hace la pregunta de rigor, aunque sólo sea a modo de confirmación.

Hace unos días, en una cafetería vi un cartel de madera colgado en una de las puertas que parecía responder a la pregunta. El cartel simplemente decía: "¡ES AQUÍ!". A pesar de lo explícito del mensaje acabé preguntando a una de las dependientas para asegurarme de que no me metía en la cocina o en algún otro espacio autorizado exclusivamente al personal del local. Debo admitir que el recurso es original, pero igual no han conseguido evitar que decenas de clientes dejen de hacer la misma pregunta una y otra vez.

21/05/2008

Restaurante para dos

Pedir una mesa para dos en un restaurante es algo bastante común. Lo que quizá no es tan habitual es pedir un restaurante para dos.

Hacía días que habíamos decidido salir a cenar. El lugar lo escogimos más bien por proximidad y por probar algo nuevo, pero no teníamos ningún tipo de referencia. Hay que decir que era un martes por la noche y era más bien pronto. Desde la calle se veía poco más que una barra de bar y era imposible adivinar si había mesas libres. Entramos y un amable y joven camarero nos recibió y nos acompañó hacia el interior. Fue entonces cuando nos dimos cuenta de que éramos los primeros clientes de la noche. Era algo inevitable sospechar y dudar de si habría alguna razón oculta que justificara la ausencia de comensales, pero decidimos no juzgar antes de tiempo y disfrutar de la velada. Cuando ya estábamos terminando el segundo plato llegamos a la conclusión de que habíamos sido los primeros y también íbamos a ser los únicos.

El lugar era acogedor, el servicio fue muy correcto, la comida de calidad y el precio más o menos asequible. A pesar de que el comedor estuviera vacío no nos sentimos atosigados. Obviamente los camareros estaban algo pendientes de nosotros, pero sin llegar a incomodar.

Cuando estábamos con los postres, el cocinero -con su inconfundible uniforme blanco- salió de la cocina. No dijo nada, pero dirigió la mirada hacia nosotros. No sé si la actividad habitual del restaurante es parecida todos los días (si fuera así no creo que el negocio pueda sostenerse mucho tiempo), pero sé que esa noche de martes el cocinero pudo cocinar y hubo alguien que disfrutó de sus platos. Igual se sintió algo más realizado que otros días o quizá no, quién sabe.

20/05/2008

Cuando empezó a ir bien

La semana pasada tuve la oportunidad de ir -muy bien acompañada- a un concierto de un conocido cantautor. No puedo decir que sea una admiradora incondiconal, pero me resulta agradable escucharle, tanto cuando canta como cuando habla. Sus canciones suelen tener mensaje y me da la sensación de que es una persona sensata, de espíritu crítico, con gran sensibilidad y buen sentido del humor.

El concierto tuvo lugar en un gran auditorio, pero uno podía llegar a sentirse como si estuviera entre amigos. El público reconocía con facilidad los primeros acordes de cada canción y tarareaba orgulloso cada uno de los temas, incluso los más nuevos. De vez en cuando los focos iluminaban y daban protagonismo a lo que realmente parecía una alfombra de gente, eran instantes muy emotivos.

Entre canciones, el artista regalaba algún comentario o contaba alguna anécdota. Hubo un momento en que dijo algo así como "cuando las cosas empezaron a ir bien hace 14 años...". Y entonces yo empecé a pensar como debía ser su vida antes de que "las cosas empezaran a ir bien". Seguramente el camino no había sido nada fácil, igual nunca llegó a imaginar tal éxito... Yo misma me preguntaba si es posible describir con palabras la emoción de escuchar centenares o incluso miles de personas cantando con entusiamo lo que uno un día compuso con poca más compañía que una guitarra.


05/05/2008

Com dues gotes d'aigua

S'assemblen com dues gotes d'aigua. No hi ha dubte que són bessons. Ara ja fa uns mesos que els conec i encara no els acabo de distingir. No només em passa a mi.

Tot i que anava força atrafegada, avui he estat parlant una estona amb un d'ells i -durant la conversa- em comenta que just és el seu aniversari. El felicito convenientment i em centro de nou en el que estava fent. Amb l'altre germà, tot i que també era per allà, avui no hem intercanviat gaires paraules. Hi ha coses que són evidents, però he de reconèixer que ha passat una estona abans no m'he adonat que m'havia quedat a mitges. Felicitar-ne un i a l'altre no dir-li res...? Lleig, ho sé...! Simplement no hi he pensat.