Hoy he hecho dos acciones que hacía años y años que andaba posponiendo. La verdad es que tampoco ha sido tan traumático y... ¡buf, qué alivio! Me siento orgullosa. Y ahora me digo a mí misma: más vale tarde que nunca, pero... ¿era necesario esperar tanto? ¿Cuántas otras acciones estoy posponiendo en mi vida...? ¿A qué estaré esperando?
En algunas ocasiones reconozco que es importante darle vueltas a la cabeza, otras veces sólo hace que acrecentar el miedo. Estoy descubriendo que a menudo es mejor pasar directamente a la acción y así por lo menos... ¡la lista empieza a ser algo más corta!
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